jueves, 29 de julio de 2010

Locura (es del mismo capitulo)


Un chirriante sonido me desenfoco de mis cavilaciones, la campana, al fin me iría.

-Hope, Hope, quieres ir a merendar- alegaba Celeste, ella era algo similar o parecido a una amiga, aunque en realidad no se por que se empeñaba en decirlo, no es que me desagradara solo es que no soy la personita mas social del mundo y en realidad disfrutaba de momentos de silencio y paz, dos conceptos que mi loca “amiga” no conocía con exactitud, aunque se lo agradecía por que no cualquiera soportaría a una chica que cuando se le pregunta algo solo asiente con la cabeza, Celeste era tan adorable, me daba mucha ternura

Esto no podía ser verdad solamente era el toque para el descanso a penas habían trascurrido un par de horas, en realidad tenia mucha hambre, ya que no había probado ni bocado de comida en toda la mañana, pero sabia exactamente de que se trataría la charla de hoy, es mas sabia que nombre se pronunciaría incontables veces, así que preferí no asistir a la pequeña platica y por lo tanta tampoco a la merienda.

-No gracias, Cel, en realidad no tengo hambre, ve tu anda que se acabara todo- sonreí, tratando de infundirle valor a mi solitaria amiga

-Pero como, tienes que ir, mírate parece que alguien te abofeteo- me dijo riendo, pero al fin de cuentas decidí acompañarla ya que si no lo hacia, ella seguiría insistiendo y definitivamente hoy no estaba de humor como para imponerme y negarme a sus invitaciones.

-Esta bien, vamos- conteste, con el tedio de un día aburrido en la boca

Caminamos juntas a la cafetería, el calor era insufrible, la sombra de los árboles era un edén que conforme nos acercábamos a nuestro destino se hacia mas lejano, cuantas ganas tenia de ir y recostarme sobre el pasto humedecido, bajo una sombra y alejar los molestos rayos del sol de mi rostro, cuando de pronto escuche:

-Hey, chavalas, esperadme- conocía ese asentó, quise golpearme en cuanto mi cabeza giro automáticamente hacia ese chico de habla graciosa. Una sonrisa furtiva escapo de mis labios, vaya que este era un día loco yo sonriendo solo por que conocía una voz, que me estaba pasando.

El estudiante de intercambio se acercaba cada vez mas, con una reluciente sonrisa en su rostro, podía ver como decenas de personas giraban para poder observarlo mejor, cosa que me parecía tan estupida, aunque claro yo había hecho lo mismo, pero eso es diferente.

-Hola green, ¿cómo os llamáis?- me preguntaba a mi, Alberto me había llamado green, instintivamente baje mi mirada, tal vez traía puesta mi pijama y decía green en la marca o algo así, pero no. (green=verde por sus ojos)

-No me llamo green obviamente- conteste, esperando que sonara furioso, pero ni pizca, parecía que me la pasaba la mar de bien con su estupida broma.

-Vale, pero ya, enserio ¿cómo dijisteis que os llamabais?- siguió preguntando el españolete.

-Hope Wilcox- dije, tratando de infundirle el tono mas amargo a mi respuesta, cosa que no funciono, era algo tan frustrante, pero a fin de cuentas decidí darme la media vuelta y seguir con mi recorrido.

-Supongo que ya me conocéis, sabes tu nombre en español significa Esperanza- explico aquel chico nuevo.

-Si lo se- con solo estas tres palabras me di la media vuelta y tome mi camino, la conversación con Cel fue únicamente una recreación de cómo me veía, de lo guapo que era y de lo amargada que siempre he sido. Agradecí cuando el toque de salida sonó, era como música celestial, me despedí de mi compañera y salí lo mas rápido posible de la escuela, hoy tomaría el camino largo a casa, en realidad no tenia mucho que hacer, mis tareas estaban terminadas al igual que las de mi hogar, así que mi tarde constaría en pasar a el parque a leer un rato y después ir a montar motocicleta, esta ultima parte en realidad me emocionaba, antes de abandonar la institución verifique que día era hoy y con gusto vi que era viernes, tenia todo un fin de semana por delante, no es que tuviera días en especifico para montar ya que Dylan veía constantemente a Alina ese lógicamente no era un problema, sonreí con ganas al ver como se alejaban todas las molestias de este tedioso día.

Me perdí, mentalmente leyendo historias fantásticas, una llamada a mi móvil fue quien me ubico, Alina decía la pantalla, decidí no contestar y empezar a correr, tome mis cosas y comencé la caminata, cuando otro cuerpo se interpuso en mi camino, el choque fue tan fuerte que escuche un crujido, levante la vista, había chocado con Alberto, pero que había sido el crujido, lo vi, me vio y luego me vi, nada parecía roto, cuando me propuse levantar mis cosas del suelo, miles de boronitas salieron de mi bolsa, ahora ya recordaba y también sabia cual había sido el crujido, resulto de lo mas bochornoso cuando las boronitas tocaron el suelo y ambos dimos por hecho que el crujido había sido el de las galletas en mi bolso que se rompieron por el impacto.

-Vaya bonita, parece que intentas matarme- me dijo ofreciéndome su mano, la cual no tome por que intentaba taparme el rostro con ella, de igual forma me ayudo a levantarme, le agradecí y me propuse largarme de ese lugar lo mas rápido posible, lo conseguí por supuesto, de reojo alcance a localizar su rostro el cual tenia una sonrisita algo siniestra como de burla, ¡mieda! pensé, el celular seguía sonando, si no me daba prisa tendría que preocuparme mas que por una cara burlona, así que acelere el paso, dejando a mis espaldas todo aquel día de locura.

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